domingo, 27 de enero de 2013

El agujeromatismo


LA ESTRUCTURA ALREDEDOR DEL AGUJERO
Por Marcelo Esmoris




“El decir queda olvidado tras lo que se dice en lo que se escucha”(1) Esta famosa frase enunciada por Lacan nos enseña que cuando hablamos existen dos vertientes, que tienen que ver con la estructura del habla y con la represión que se produce en el acto mismo de hablar. Entonces este queda olvidado remite a la represión, a la represión misma del acto, la dimensión del acto es justamente la del olvido, esto quiere decir que inmediatamente que algo se dice o se hace queda olvidado, no lo que se dijo, sino el acto de haberlo dicho, es como el presente, el presente cae automáticamente una vez que se produce.
Lacan al igual que los lingüistas distingue el decir del dicho, el decir tiene que ver con el acto, y lo dicho es lo que queda después del acto, es el resto del decir.

Esta función del decir tiene lugar gracias al traumatismo que Lacan define al final de su obra como el malentendido de los padres. Este traumatismo primario que entra por las orejas produce un agujero en la estructura y da la posibilidad que el sujeto entre en el lenguaje.

Si un sujeto cualquiera entra en el lenguaje gracias al agujero del trauma, siguiendo luego la incorporación y el narcisismo que va a completar la estructura topológica del sujeto, allí ya va a poder hablar, leer y escribir en el sentido que el psicoanálisis lo determina.
De allí se deduce la posición analizante que está en el fundamento del discurso analítico, somos sujetos de la escritura y de la lectura, y es la práctica de este ejercicio lo que va a permitir dar cuenta de la especificidad de lo humano, cada uno se ciñe a un objeto que le interesa, y no se trata de estudiar conceptos, mas bien se trata de re-escritura y re-construcción de conceptos, y es interesante porque sin ese aspecto de re-invención no hay posibilidad de enseñanza. La cuestión se centra en el hecho de poder transmitir los medios de producción de una lectura, o sea no se trata de enseñar lo que dijo Freud o Lacan sino mas bien de volverse sobre los medios de producción de tal lectura que son los que determinan desde donde leemos. Leer es descomponer, producir cortes, para poder reconstruir nuevamente ese flujo de letras.

Con estos parámetros me animo a decir que mucha agua ha corrido bajo el puente desde la Viena de 1900. Con el empuje del capitalismo científico y la omnipresencia de la tecnología en la vida actual, la relación a la lectura y a la escritura están quebrados, los efectos son devastadores.
Cada vez mas, se educa a los niños de forma tal que permanecen en una suerte de sonambulismo tecnológico . Vappereau en su texto (2) afirma: “los chicos empiezan por no poder escribir correctamente su propia lengua, no leen y, finalmente ya no hablan. El rechazo de esta estructura hace que en pocas generaciones, no tengamos mas que autistas”.

  1. El aturdicho” J. Lacan
  2. Clínica de los procesos del nudo” Jean-Michel Vappereau

domingo, 20 de enero de 2013

Hacia una lógica de la enunciación


El inconsciente no es un sillahombre


    En inglés chair, se traduce al español como silla; y man como hombre. Ahora, chairman no se traduce como sillahombre u hombre silla, sino que se traduce como presidente.
    La traducción española del alemán Bewusst, es conciencia, o incluso consciente; y Un es el prefijo que implica negación del término que antecede. Al menos, Unbewusst es traducido como inconsciente, pero luego se suele hacer el razonamiento (in=no)+consciente, entonces inconsciente=no consciente. Me pregunto si esto no será lo mismo que traducir chairman como sillahombre...
    Si escuchamos un diálogo en una lengua que no conocemos percibimos los sonidos, pero no podemos entender lo que se dice, no sabemos como cortar ese continuo sonoro para articular palabras que se nos vuelvan legibles... entonces... ¿somos conscientes de ese diálogo extraño, o no?... De hecho, luego de un rato olvidamos esos sonidos... lo mismo que señala Marcelo Esmoris en el artículo de la semana pasada con respecto al olvido de los sueños.
    En esa hipotética situación hay conciencia, pero también hay algo inconsciente, en el sentido de un saber (en tanto articulación de significantes) no sabido, una de las definiciones que da Lacan del Unbewusst freudiano.
    La clave es, entonces, cómo leer el inconsciente; y este in en tanto negación, es clave porque no es un simple no (consciente).

    Es necesario indagar la operación lógica que implica este no, y para eso hay que indagar el campo lógico en el que se inscribe. Una cuestión fundamental es el aspecto enunciativo que modifica a esta lógica clásica, pero que por el recurso a la escritura que implica, permite precisar esta coherencia peculiar que Freud introduce con el Unbewusst al empujar a la razón a lugares ante los que se detenía. Esto es, la posibilidad del sujeto de que diciendo algo falso diga una verdad.
    Esto es lo que hace que las formaciones del inconsciente no sean simples incoherencias: sueños, actos fallidos, chistes.
Matías Eduardo Domínguez
Buenos Aires
19 de enero de 2013

sábado, 12 de enero de 2013

Leer lo ilegible


EL PSICOANALISIS Y LA NECESIDAD DE UNA LOGICA MODIFICADA
Por Marcelo Esmoris
...la topología vacila entre una
lógica positiva y una lógica ne-
gativa. La topología se definiría
como una lectura de la ilegibilidad.
P. Soury: Cadenas, nudos
y superficies en la obra de lacan

Es seguro que durante 2000 años, desde que Aristóteles escribió las leyes del Organon, la lógica permaneció inmutable y recién sus principios fundamentales se empezaron a cuestionar seriamente en los inicios del siglo XX. Paralelamente apareció en la historia un trabajo subversivo: el descubrimiento del inconciente que coincide con esas revisiones de la lógica clásica. Sin embargo resultó un tanto tardía, a tal punto que Freud mismo se encontró con una tarea harto complicada para dar un fundamento lógico a su gran descubrimiento.
Los llamados principios lógicos: no-contradicción, identidad y tercero excluido que apenas se modificaron desde Aristóteles, son leyes fundamentales para que un enunciado se considere lógicamente bien formado. Ahora bien, ¿qué pasa con la monumental obra de Freud que es “La interpretación de los sueños”, con los síntomas, la lógica del inconciente en relación a los principios lógicos?.
Es sabido que por ejemplo en los sueños se trastocan estos principios: la contradicción es admitida, el tercero excluido no es tal en tanto que el propio soñante es protagonista y espectador y recién deja de ser su propia marioneta al despertar, que dos elementos pueden ser idénticos y diferentes, etc. Está muy claro que lo escena de los sueños se sustentan en otra lógica, y es por eso que cuando despertamos lo olvidamos.

Freud no intentó ocultar esa resistencia del sueño a los principios lógicos, sin embargo su genialidad fue en concluir que las formaciones del inconciente si bien escapan a la lógica, no carecen de razón, todo su esfuerzo consistió en dar cuenta de la existencia de una causalidad diferente, las diferentes tópicas del aparato psíquico explican este trabajo.
Como vemos la lógica clásica no ayudó a Freud a poder escribir sus enunciados.

Lacan, intentó tratar el mismo problema usando sucesivamente diferentes formalizaciones, lógicas y matemáticas cuyo resultado fue el de tener que inventar nuevos operadores lógicos para dar consistencia a los enunciados Freudianos.
Es aquí absolutamente novedoso poder iniciar el camino del trabajo trazado por Jean-Michel Vappereau quien tuvo el coraje de no retroceder antes las dificultades de este nuevo órden de escritura que Lacan vislumbró pero que sin embargo no mostró sino tan solo sus resultados. El trabajo es a construir, eso da necesariamente la modificación de la lógica clásica (construida por Vappereau), y una nueva configuración topológica para la escritura de los matemas fundamentales del psicoanálisis.
Sin la utilización de estos elementos topológicos, entiendo no es posible dar razones de la lógica Freudiana.
Es por eso que hay dos cosas que Lacan dice respecto del inconciente y su lógica. “Lacan dice que al inconciente hay que escucharlo, y hay que leerlo, y para ello hay que poder escribirlo correctamente. Por lo tanto las razones ya no son lógicas, son topológicas.

Existe ya inconciente desde el discurso de la ciencia y desde el discurso capitalista ( lógica clásica). “Pero en el discurso de la ciencia y en el discurso capitalista , no se lo escucha” (1).
Es desde el psicoanálisis con sus categorías y con la invención de un nuevo objeto (a) lo que asegura la posibilidad de que funcione una existencia en el interior de un discurso, y que todo ello pueda ser escrito para poder leerse, con el sistema de escritura que corresponda.

1) Jean-Michel Vappereau: “Clínica de los procesos del nudo”

sábado, 5 de enero de 2013

La enseñanza marxista del psicoanálisis


Los analizantes: marxistas... pero de Groucho


Jamás aceptaría pertenecer a un club
que me admitiera como socio”.
GROUCHO MARX

    Entiendo al psicoanálisis como una práctica discursiva. Discurso, precisado por Lacan como la estructura de un lazo social, escrita en los matemas de los discursos.
     Hay por tanto sólo una estructura del Discurso del Analista, pero, en principio, cuatro formas que toma a partir de la enseñanza de Lacan: la cura, el cartel, el pase, y el control. Comentaré las dos primeras.
    En el cartel, se trata de dar continuidad, en otras coordenadas pero con la misma estructura discursiva, al trabajo analizante. «... es el modo del “ni sólo ni junto”. No puedo hacer solo más que si alguien me asiste bien , es decir me asiste sin asistirme. Se trata de sostenerse como interlocutor, sostener la atención flotante (…) es una modalidad ejemplar para la cura analítica, para el cartel también».i
     Debido al corte que hay entre saber y sexo, que el psicoanálisis precisa, el cartel se trata de una práctica con otros sin comunión. Nadie puede iniciar a nadie al saber, precisamente por ese corte.
      Como no puede compartirse el objeto causa de deseo, llamado objeto a por Lacan, lo que queda por hacer es: «...explicarse con esa estructura. Esto quiere decir dos cosas: uno se explica con alguien, o ante alguien, cuando tiene una diferencia con esa otra persona. Uno se explica, se da explicaciones con esa persona porque no está conforme. Y al mismo tiempo, la estructura de la que se trata es un medio de explicarme a mí mismo, a qué me refiero, qué soy, quién soy, cómo ocurren las cosas.»ii
       Esa estructura es la del discurso analítico, que precisamente por decir-bien que no hay iniciación al saber, por lo tanto tampoco transmisión del saber, es la única que permite este trabajo de enseñante que se-explica, no para enseñar a otro ni transmitir un saber, sino para instruirse; ya que esta advertido de que nadie lo instruirá a él. Es por eso que Lacan inventó el término analizante para referirse al enseñante en el discurso analítico.
      En la cura analítica se trata de ir a explicarse con alguien, enseñarle a un analista de qué se tratan las dificultades para sostenerse en la propia existencia, y de esa forma instruirse, comentarse, reescribir. Es justamente a contrapelo de la imagen social que está instalada: ir a ver a un profesional que sabe y va a enseñar qué hacer.
    Esta práctica del comentario, que implica tomarse como objeto es la que introduce Freud con el narcisismo.iii
Matías Eduardo Domínguez
Buenos Aires
5 de enero de 2013

iPierre Soury, “Cadenas, nudos y superficies en la obra de Lacan”, Buenos Aires, Xavier Bóveda Ediciones, 1984.
iiJean-Michel Vappereau, “Clínica de los procesos del nudo”, Buenos Aires, Ediciones Kliné, 1998,
iiiSigmund Freud, “Introducción al narcisismo”, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, tomo 1, 2003.