Los analizantes: marxistas... pero de Groucho
“Jamás
aceptaría pertenecer a un club
que
me admitiera como socio”.
GROUCHO MARX
Entiendo al psicoanálisis como una
práctica discursiva. Discurso, precisado
por Lacan como la estructura de un lazo social, escrita en los
matemas de los discursos.
Hay por tanto sólo una estructura del Discurso del
Analista, pero, en principio, cuatro formas que toma a partir de la
enseñanza de Lacan: la cura, el cartel, el pase, y el control.
Comentaré las dos primeras.
En
el cartel, se trata de dar continuidad, en otras coordenadas pero con
la misma estructura discursiva, al trabajo analizante. «... es el
modo del “ni sólo ni junto”. No puedo hacer solo más que si
alguien me asiste bien , es decir me asiste sin asistirme. Se trata
de sostenerse como interlocutor, sostener la atención flotante (…)
es una modalidad ejemplar para la cura analítica, para el cartel
también».i
Debido
al corte que hay entre saber y sexo, que el psicoanálisis precisa,
el cartel se trata de una práctica con otros sin comunión. Nadie
puede iniciar a nadie
al saber, precisamente por ese corte.
Como
no puede compartirse el objeto causa de deseo, llamado objeto
a por Lacan,
lo que queda por hacer es: «...explicarse con esa estructura. Esto
quiere decir dos cosas: uno se explica con alguien, o ante alguien,
cuando tiene una diferencia con esa otra persona. Uno se explica, se
da explicaciones con esa persona porque no está conforme. Y al mismo
tiempo, la estructura de la que se trata es un medio de explicarme a
mí mismo, a qué me refiero, qué soy, quién soy, cómo ocurren las
cosas.»ii
Esa
estructura es la del discurso
analítico, que precisamente por decir-bien que no hay iniciación al
saber, por lo tanto tampoco transmisión del saber, es la única que
permite este trabajo de enseñante
que se-explica, no
para enseñar a otro ni transmitir un saber, sino para instruirse; ya
que esta advertido de que nadie lo instruirá a él. Es por eso que
Lacan inventó el término analizante
para referirse al enseñante en el discurso analítico.
En la cura analítica se trata de ir a explicarse con
alguien, enseñarle a un analista de qué se tratan las dificultades
para sostenerse en la propia existencia, y de esa forma instruirse,
comentarse, reescribir. Es justamente a contrapelo de la imagen
social que está instalada: ir a ver a un profesional que sabe y va a
enseñar qué hacer.
Esta
práctica del comentario, que implica tomarse como objeto es la que
introduce Freud con el narcisismo.iii
Matías Eduardo Domínguez
Buenos Aires
5 de enero de 2013
iPierre
Soury, “Cadenas, nudos y superficies en la obra de Lacan”,
Buenos Aires, Xavier Bóveda Ediciones, 1984.
iiJean-Michel
Vappereau, “Clínica de los procesos del nudo”, Buenos Aires,
Ediciones Kliné, 1998,
iiiSigmund
Freud, “Introducción al narcisismo”, Buenos Aires, Editorial El
Ateneo, tomo 1, 2003.
Matías, estoy interesada en comunicarme con vos desde hace algún tiempo. Tengo una propuesta editorial para hacerte. Si pudieras pasarme tu correo electrónico, te lo agradecería. Saludos. Julia.
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