Responsable
es quien lee
por Matías E. Domínguez
“La
primera
condición
que
debe
cumplir
quien
aspire
al
prestigioso
nombre
de
intérprete
es
la de ser ante todo un ejecutante sin falla.”
(Stravinsky,
Poetique
musical.
Trad.
de
Eduardo
Grau)
El psicoanálisis apuesta por la
legibilidad. La comprensión y el entendimiento son un obstáculo
para la lectura. La pregunta que orienta no es ¿se comprende o no?
Sino, ¿qué fantasma es necesario desarrollar para que esa
coherencia que agujerea el sentido común se sostenga?
Con la cuestión del fantasma estamos
de lleno en el plano de la escritura. Leer lleva a la práctica de la
escritura. ¿Qué medios de escritura son necesarios para escribir de
forma acabada el texto que sostiene a las formaciones del
inconsciente, esa palabra silenciada que se escribe de manera
problemática?
Aparece la palabra (hablada) para
comentar lo escrito y relanzar la lectura. Esta dialéctica entre
tres nada tiene que ver con la interpretación por el significado, la
valoración moral, la comprensión, etc.
La interpretación analítica no da
sentido sino que constituye un corte que cambia la estructura de la
superficie topológica en la que la libido se configura.
Este trabajo de lectura, escritura, y
palabra; es el camino que permite devenir adulto. Ya que adulto es
quien se responsabiliza de su deseo, es decir quien lee, reescribe, y
comenta, en un un discurso; el objeto transicional que de niño
inventó y abandonó para acomodarse a las convenciones
ideológico-sociales, para devenir un cretino.
En esta dirección la responsabilidad
es lo inverso de lo que se suele sostener. Comúnmente un adulto
responsable es quien obedece (tiene un empleo, paga sus cuentas, es
moralmente respetable, etc.).
Responsable es quien retoma el trabajo
abandonado de niño, para ponerse a leer su deseo.