No hay análisis sin formación analítica
“Este
señor Aa es antifilósofo. Es mi caso.”1
En enero de 1975, en el n° 1 de
Ornicar?, donde se
publicaban los trabajos y actividades del Departamento de
Psicoanálisis de Vincennes, a modo de apertura, se encuentra un
texto de Lacan titulado por los redactores de esa publicación como
“Proposición de Lacan”,
luego se conocería como Quizás en Vincennes...
en el volumen que el yerno de Lacan y sus socios editoriales llamaron
Otros Escritos.
En el principio del texto Lacan
aclara que de lo que tratará es de «las enseñanzas que
Freud formuló como aquellas en las que el analista debía apoyarse
para reforzar lo que posee de su propio análisis: es decir, para
saber, no tanto aquello para lo cual ha servido, sino aquello de lo
cual se ha servido.» Un mes
antes, en su seminario había dicho : “...es
indispensable que el analista sea al menos dos. El analista para
tener efectos y el analista que, a esos efectos, los teoriza.”2
Lo primero, ya,
es una apuesta fuerte por parte de Lacan. Hacer una análisis implica
servirse de la lingüística, la lógica, la topologia, y la
antifilosofía, disciplinas que caracteriza como dispensadas según
la modalidad universitaria.
En ese texto aparece por primera
vez en la obra de Lacan el término:
«Antifilosofía - Con todo gusto intitularía así a la
investigación de lo que el discurso universitario debe a su
suposición “educativa”. No es la historia de las ideas, tan
triste ella, la que la llevará a cabo.
Una recopilación paciente de la imbecilidad que lo caracteriza
permitirá, así lo espero, ponerla de relieve en su raíz
indestructible, en su sueño eterno.
Del cual no hay sino un despertar particular.»
En la primera parte nos dice que va a proponer cuatro ciencias
que se propagan según la modalidad universitaria; pero hay
básicamente dos (lingüística, y matemática), y luego una
investigación crítica de los impasses del discurso universitario,
que implica un despertar de un sueño, que sólo puede ser
particular, no universal. Es decir que desde el discurso
universitario no puede hacerse eso.
Hay que tener en cuenta que cuando
Lacan se refiere al discurso, a esta altura de su enseñanza, se
había pasado desde mediados del '69 hasta mediados del '73
trabajando en su seminario sobre la cuestión de los discursos (El
reverso del psicoanálisis, De un discurso que no fuese semblante...,
… O peor..., Aún). Produce
cuatro cuadrípodos+1, a los que solemos llamar matemas de los
discursos, escrituras de la estructura de un lazo social (así como
la fórmula de la gravedad newtoniana escribe cómo caen las
manzanas, por ejemplo).
El discurso desde el cual puede
hacerse este trabajo es el discurso analítico, en esto Lacan se
diferencia de Freud; “no hay formación del analista
concebible fuera del mantenimiento de este decir [decir
del inconsciente], y que Freud, por no haber forjado, con
el discurso del analista, el lazo con el que se hubieran mantenido
las sociedades de psicoanálisis, las situó desde otros discursos
que tachan su decir necesariamente.”3
No puede haber análisis, entonces, sin un lazo social en el que ese
trabajo pueda tener lugar en su efectividad subversiva (pagar para
trabajar, por ejemplo).
Entonces, sólo para comenzar, queda planteado lo siguiente;
analizarse implica trabajar las dificultades que cada sujeto tiene
para sostenerse en su existencia, dificultades que son efectos de la
relación del sujeto con el lenguaje; por lo cual es necesario
servirse de la lingüística (palabra hablada), y la
matemática (escritura), teniendo una lectura crítica del
devenir de estas disciplinas en la civilización occidental
(antifilosofía que permite leer el tratamiento del malestar en la
cultura por parte de la ciencia universitaria, sus consecuencias
discursivas). La
pregunta es: ¿puede haber trabajo analizante sin el recurso efectivo
a estas disciplinas?
Analista es el analizante que deviene analista de su propia
experiencia. Es pues, en tanto que analizante, que el analista tiene
una formación, no es efecto de su recorrido por universidades,
cursos, etc.
Matías Eduardo Domínguez
Buenos Aires
27 de abril de 2013
1Lacan,
Jacques: Disolución, clase
del 18 de marzo de 1980: El Señor A.
2Lacan,
Jacques: RSI, clase del 10 de diciembre de 1974.
3Lacan,
Jacques; El Atolondradicho.