jueves, 29 de noviembre de 2012

La obscenidad de la caridad


La práctica analizante


EL PSICOANALISIS ES LA PRACTICA ANALIZANTE
Por Marcelo Esmoris


La gran confusión del siglo en el psicoanálisis es creer que uno va al analista como va a la peluquería o al gimnasio,- “dígame que me pasa, ud sabe, interpréteme!” –“bueno, hable mi amigo eso le va a hacer bien, largue todo, descárguese…”, como si por el solo hecho de hablar el mal sale , “… bueno si no, llore, llore…” es mejor”…
Lacan escribe en “Televisión”: “No hay inconciente si no se lo escucha, pero no sin discurso” por lo tanto no se trata de estar sentado en un sillón y dejar que el paciente hable simplemente y esperar que la habilidad del analista haga aflorar el inconciente y hop! Poder aprehenderlo y allí interpretar ese deseo que estaba en las profundidades. Otrora se hablaba de psicología profunda, entendiendo de esta manera lo que Freud había señalado como instancia inconciente. No, hay aquí una peculiaridad topológica que hace que el inconciente sea lo mas próximo a la conciencia, por lo tanto es el paciente mismo quien debe aprender a leer y a escuchar al inconciente.
Freud viene de la neurología y en un momento dado le escribe una carta a su colega Fliess, y en esa carta escribe: “… yo descubrí en mis análisis y en el de mis pacientes que vivimos cada uno un drama como el de Edipo y el de Hamlet”, y ahí es que él deviene analizante porque él dice “mi análisis y el de mis pacientes” , quiere decir que en el análisis de sus pacientes histéricas fue el mismo Freud como analizante que inventó el psicoanálisis, podríamos decir él hizo su análisis con las histéricas.
Estamos en la dimensión estrictamente del lenguaje y lo que es su fundamento es la lectura y para Freud no hay lectura sin deseo, y no se trata de fenómenos de telepatía paranormal, Freud al respecto dice eso puede ser que exista, dice: “a mi no me interesa, lo que me interesa es que hay un deseo que permite leer”. Y es eso lo fundamental en el psicoanálisis.
El inconciente tiene un sistema simple de deducción que no se corresponde a la lógica clásica y es tarea de cada uno ubicar las coordenadas que permitirían encontrar elementos para poder leerlo. Es así cómo el mismo sujeto deviene lector y responsable de las consecuencias de lo que dice. Y es una condición para iniciar un análisis, parar con el desarrollo de la locura, es decir parar de ser pensado todo el tiempo por el otro, parar con la cobardía y la falta de compromiso.
Bibliog. Televisión: J. Lacan
Psicoanalisis y Telepatía: S. Freud




Segregación y lazo social


LA SEGREGACION Y EL LAZO SOCIAL
Por Marcelo Esmoris

En El Seminario de Lacan “El reverso del psicoanálisis” dice: “En la sociedad todo lo que existe está fundado en la segregación,… nunca se ha terminado completamente con la segregación… Nada puede funcionar sin ella… es el efecto del lenguaje”.
Allí Lacan vuelve sobre el texto de Freud Tótem y tabú para hacer un análisis de las consecuencias que resultan de la muerte del padre y la unión de los hermanos y la emergencia de la ley. Recordemos que Freud para responder a la cuestión de las restricciones morales, de las relaciones sociales y la religión es que inventa un mito que le permite dar cuenta lógicamente de estas estructuras.
Retomando el texto de Freud es interesante analizar que en el origen de la cultura y lo que permitiría el órden social, es la función del padre pero en tanto muerto, ya que según el mito de la horda primitiva, este protopadre sería el dueño de todas la mujeres, y los hijos no tendrían acceso a alguna, es por ello que la confraternidad estaría en función de matarlo y acceder a eso prohibido. Aquí Freud es taxativo, y dice que el móvil del crímen no coincide con los efectos del mismo. El móvil es el acceso a las mujeres por eso matan al padre y el efecto es un sistema de restricciones que dan origen a la ley a las relaciones entre los hombres y a la religión.
En este punto Lacan es también muy preciso afirmando que el empeño que ponemos en ser todos hermanos prueba evidentemente que no lo somos. Es claro que la sexualidad humana divide, segrega a los hombres, ella no hace lazo social. Y Lacan sigue diciendo que sólo conoce un origen de la fraternidad que es la segregación. No hay fraternidad que pueda concebirse sino es por estar separados juntos.
Para finalizar lo que queda de la cuestión del mito de Tótem y Tabú es la ley, y es el significante que funciona como ley misma, hay hombres y mujeres que por sujeción a una ley de diferencia sexual quedan sometidos a un sistema de restricciones, de allí el establecimiento de la cultura basada en un sistema de oposiciones que son los significantes mismos.


Bibliog. J. Lacan. El reverso del psicoanálisis
La instancia de la letra en el inconciente
S. Freud. Tótem y Tabú

martes, 27 de noviembre de 2012

Desear es trabajar

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Pagar para trabajar, trabajar para desear
por Matías E. Domínguez




En la actualidad, se sostiene en forma tácita la siguiente relación: "trabajo=actividad para obtener dinero". Empleo=actividad para obtener dinero, es decir un salario.
Pero, el trabajo es la relación de un sujeto con respecto a un objeto, que se construye en la relación misma, y que al mismo tiempo modifica al sujeto. El dinero no es necesariamente el resultado de un trabajo, ni un trabajo da necesariamente como resultado dinero. Tomo aquí, la noción de objeto de las matemáticas, especialmente a partir de fines del siglo XIX, donde el objeto del matemático es invención de la escritura matemática misma, escritura que se constituye por la práctica del discurso matemático.
Bajtín planteó que la lengua es polifónica. Cuando hablamos siempre estamos citando, aun sin saberlo. En este sentido, trabajar implica reflexionar sobre lo que uno dice; es decir, saber qué es lo que cita, explicitarse las fuentes para hacer una lectura (crítica, en el sentido kantiano).
El trabajo del psicoanálisis es solidario de lo anterior. "Wo es War soll Ich werden", "donde Eso era Yo debo advenir", planteo de Freud. Reconocerme en un discurso que me habita como extraño, pero que al mismo tiempo yo habito, y por lo tanto constituyo. Este movimiento implica poner en juego el narcisismo, el sujeto se toma como objeto. En el mismo sentido, invierte la proposición al principio comentada : « trabajo=actividad por la cual hay que pagar para realizarla ». De esta forma el sujeto recupera el trabajo, del cual es separado a cambio de recibir dinero. La tarea analizante, implica entonces dejar de ser asalariado para devenir trabajador.
La noción de discurso es solidaria de la de sujeto, y la de polifonía de la lengua. Un sujeto no "tiene" un discurso, un discurso tiene a un sujeto, lo sujeta. Está en el deseo de cada sujeto reconquistar su posición discursiva, es decir no ser mero efecto de un discurso, sino practicarlo ; y por tanto devenir deseante, ya que el sentido de todo trabajo es hacer aparecer la verdad que el deseo medio-dice, y por lo tanto trabajar es leerlo.i Recordemos que en los matemas de los discursos, el discurso anaĺitico es el único en donde el sujeto ocupa el lugar del trabajo.
Cuando uno no se reconoce en relación a un discurso y a la polifonía de la lengua, es decir no se reconoce sujeto; se está de lleno en la ideología del capitalismo científico. En cambio, cuando se reconoce la relación a un discurso, pero no se pueden precisar las coordenadas discursivas y las fuentes a las cuales se está relacionado en una situación determinada; se está de lleno en el inconsciente, y entonces... a leerlo.


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Lacan, Jacques : El reverso del psicoanálisis.

Política y discurso

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No hay sujeto sin discurso
por Matías E. Domínguez

« Cuando los matemáticos se encuentran hay ese “más una”

incontestablemente. Es decir que es realmente sorprendente que los matemáticos no saben de qué

hablan, podría decirse, pero saben de quién hablan, hablan de las matemáticas como si fuera una

persona. Puede decirse hasta cierto punto que lo que yo más deseaba era el funcionamiento de

grupos que funcionaran tal como funciona un grupo cualquiera de matemáticos. »i

En la actualidad se pueden observar dos formas de interacción social : la masa y el grupo. Ya caracterizadas por Freud en « Psicología de las masas y análisis del yo », señalaré que ambas implican siempre salidas agresivas a las problemáticas que se plantean : someterse a los otros, o someterlos.
Dos de las alternativas que se suelen presentar son : o bien respuestas por el individuo, o bien respuestas por lo social (en cualquiera de sus dos formas). El psicoanálisis nos indica que la última implica una alienación que no deja surgir al sujeto con su deseo. La primera plantea el siguiente problema : cómo desde el individuo se puede dar solución a dificultades de relación de éste con la realidad, que tiene fuertes determinantes sociales, económicas, etc.
Hay en juego aquí un problema topológico. Primero : no se da la relación sujeto=persona, ni
sujeto=individuo. Tomo la noción de sujeto de la obra de Lacan. Para comenzar a plantear la cuestión, hago referencia a algunos planteos lacaneanos a desarrollar en otras oportunidades:


-un sujeto es lo que es representado por un significante ante otro significante;

-el sujeto del inconsciente es el sujeto de la ciencia;

-el sujeto del inconsciente tiene estructura de banda de Moebius.

El último punto deja en claro la diferencia persona/individuo, respecto de la noción de sujeto : las primeras siendo planteadas como esferas con un interior y un exterior (la psicoideología de este tiempo plantea ocuparse del interior cada uno) ; mientras que el sujeto en tanto banda de Moebius, no tiene adentro afuera, si no que puede tomarse en lo intrínseco o lo extrínseco (práctica del narcisismo, el sujeto se toma como objeto).
La ideología del capitalismo científico plantea, pues : un individuo-esfera ; o un conjunto de individuos-esfera (no importa el número), que conforman una esfera más grande. Ambos implican una polaridad interior/exterior de una tensión tal, que tarde o temprano vira en agresión.
El psicoanálisis pone a disposición una resolución a este problema topológico ; la noción de discurso, que entre masa y grupo, y no como término medio, permite el despliegue del sujeto. Un sujeto no "tiene" un discurso, un discurso tiene a un sujeto, lo sujeta. Está en el deseo de cada sujeto reconquistar su posición discursiva, es decir no ser mero efecto de un discurso, sino elegir practicarlo o no. Esto implica reconocer la materialidad del lenguaje para hacer funcionar su efectividad, en el habla y la escritura, a partir de la lectura.
El discurso, la estructura del lazo social, es lo que permite que un sujeto pueda poner en juego su deseo en forma efectiva en la realidad sin entrar en callejones sin salida con la cuestión individuo/sociedad : « Cantor propuso todo su sistema, algunos matemáticos lo injuriaron y al mismo tiempo él tuvo la impresión de ser un loco. Pero recibió bien el golpe y continuó adelante. El
tenía trato con las matemáticas. No es lo mismo en el caso del análisis porque el análisis está por crearse. »ii

El exergo hace referencia al cartel, invención de Lacan para organizar con otros el trabajo en el discurso analítico, sin que haya la ilusión de comunidad que se da en la masa y el grupo, ya que esto vira fácilmente en violencia desmedida. No hay comunidad del deseo, el objeto a (causa de deseo) es imposible de ser compartido, pero si otros se reunen para hablar del Otro en tanto tal sin que nadie lo encarne, eso se sostiene. Hablar con otros del discurso, en este caso el analítico, como si fuese una persona.
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Jacques Lacan en JORNADAS DE LOS CÁRTELES EN
LA ESCUELA FREUDIANA DE PARIS 12 y 13 de abril de 1975
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iiIdem.