La
Clínica es la lectura
Por
Marcelo Esmoris
Comencemos
a pensar la llamada clínica psicoanalítica con cuestiones cruciales
que dividieron bien las aguas con respecto al campo de las ciencias.
Por eso considero que hay que ser muy cuidadoso en función de cómo
ubicarse respecto a lo que llamamos clínica. Es bastante peligroso
usar toda la terminología médica para hablar de clínica,
(paciente, consultorio, historia clínica, etc). El significante, la
palabra necesariamente desvía. Hay que efectuar reflexiones muy
precisas para poder dar curso a lo que principalmente considero con
Lacan a saber: que la práctica clínica del psicoanálisis es
exclusivamente una práctica de la lectura.
Observemos
que este carácter propio de la lectura es el principal rasgo
diferencial del humano con respecto a los animales.
Es cierto
que nacemos prematuros, con lo cual estamos a la deriva respecto a
que no nos enteramos que quedamos a expensas del Otro sino en un
tiempo lógico mas o menos tardío. Y claro que si no fuera por esa
intermediación la muerte sería nuestro único destino. Sin embargo
ese mundo en el cuál comenzamos, es un mundo cargado de sonidos,
flujos verbales, que hacen mella muy rápidamente en el cuerpo.
Quiere
decir que la estructura comienza por el lado de las orejas, tan
pronto despertamos a estos gritos, ellos, los padres desde siempre no
se oyen gritar, ese es el primer impacto de la estructura que
agujerea la superficie y permite una primer tensión subjetiva aún
antes de poder ejecutar ningún atisbo de escritura. Ya es un
principio de lectura, no hay medios para simbolizar ese malentendido,
por lo tanto, ya no es la muerte la que nos espera, es el trauma (el
trou, agujero, trou-matismo), es la deformación absoluta de la vida,
el lenguaje transforma la muerte en vida aunque siempre hay reserva
para la muerte, o acaso no sería la muerte lo que hace a la vida
vivible y soportable?
Hay
trauma, es lo que se llama represión primaria, y no es el trauma del
pasaje de la vida intrauterina al exterior planteada por Rank, el
trauma es ese agujero en la estructura provocada por el malentendido
de los padres y es ese agujero el que va a permitir que tenga lugar
en principio lo que Freud llama las teorías sexuales infantiles.
Habrá un
paso más muy importante en el advenimiento de un sujeto en el
lenguaje que no es sino lo que Freud llamó la estructura del
narcisismo. Y es esta estructura la que permite que efectivamente
encontremos los medios necesarios para poder leer.
Ahora
bien, un analizante viene con una intuición, con algo leído
(obviamente no lo dice así), ha leído algo que lo conmociona a tal
punto de tener la impronta de querer decirlo. Puede ser cualquier
cosa, puede ser que venga de tomar un café con el ex presidente
Kirchner, ya fallecido. Y se trata de no poner eso en cuestión, no
es un juicio de valor el psicoanálisis, no se trata de discutir si
eso es verdad o no, lo más interesante es que el sujeto pueda llegar
a escribir las coordenadas lógicas que le permiten anudar tal o cual
cuestión, es por eso que es muy importante que el sujeto en la
clínica pueda hacer un desarrollo de la escritura para poder lograr
leer otra cosa y en todo caso poder hablar mejor.
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