Ejercicios literales: la transliteración
por Matías Eduardo Domínguez
“La
cuestión del rechazo del público hacia el
psicoanálisis,
considerados en bloque tanto uno como lo
Otro,
es, por supuesto, más compleja. No todo el público es igual, y
parte de él no solo no rechaza las expresiones psicoanalíticas
más osadas, sino que, en particular, las busca y las prefiere. Y
tampoco todO
el psicoanálisis
es igual o presenta el mismo tipo de desafíos a sus lectores
potenciales. Pero lo interesante es ahondar en qué es lo que ese
supuesto rechazo tiene de cierto. O, mejor dicho, de qué habla. Es
decir, qué pactos implícitos acerca de lo que el
psicoanálisis
es
-o debe
ser-
transgrede, para el sentido común, eso que, en conjunto, se
identifica como psicoanálisis...i”
“...La
problemática del
psicoanálisis
a partir de
Lacan,
entonces, tiene que ver más con la identificación de sus principios
constructivos -principios que son nuevos como tales pero que existen
en el
psicoanálisis,
como elementos de un aparato
(psíquico),
desde Freud-
que con el hecho de que, como suele decirse sin demasiado fundamento,
plantee una ruptura radical con todo el pasado. Lo que sí existe, y
esto no es responsabilidad
del psicoanálisis exclusivamente,
es una falta de frecuentación de los sistemas
de escritura
creados a partir del siglo XX. La lectura
de un sistema
de escritura
(y cuando se habla de lectura,
en este caso,
no se hace referencia al dominio de las técnicas involucradas en un
hecho estético sino a la posibilidad de apreciarlo)
necesita de
la práctica.
Y esa
práctica,
en el
psicoanálisis
mucho más que en otros
discursos,
es sumamente escasa en el nivel del sentido común con respecto a lo
sucedido en los últimos cien años...”ii
“Son
interesantes las discusiones que el mismo Lacan
mantuvo al respecto con colegas, críticos y directores
de orquesta.
Solía criticársele el hecho de que él era 'un
mal director',
una especie de metrónomo que se limitaba a marcar con rigidez el
tiempo. No había allí, se decía, flexibilidad, concepción
expresiva, humanidad.
Y era cierto. Pero lo que tampoco había era error. Los conductores
de orquesta
que buscaban -y en muchos casos lograban y aún lo hacen- mejorar
el
discurso de Lacan,
humanizarlO,
acercarlo
a los cánones habituales de interpretación, sencillamente lo
traicionaban. La concepción de Lacan
es exactamente la que está en sus Scripta
(comentada en su Seminario)
y la tensión entre lo que el lector
esperaría y esa especie de distancia afectiva a ultranza, es
exactamente lo que él buscaba.”iii
Esta
transliteración ha sido posible no sólo por los planteos de Diego
Fischerman en su excelente libro, sino porque “la
música y el psicoanálisis provienen del área de la estructura del
lenguaje que, para mí, debe develarse, atesti-guarse, para hacer de
ella una estructura como la que se ha descubierto (…) la
topología.”iv
Transliteración de un fragmento del Capítulo 1 de Después de
la música de Diego Fischerman.
El término música contemporánea, en el original, ha sido
reemplazado por el término psicoanálisis. Las
cursivas indican la transliteración. El subrayado reemplaza las
cursivas del original.
iiIdem.
iiiTransliteración
de un fragmento del Capítulo 5 del mencionado libro. El nombre
Stravinsky, en el original, fue reemplazado por el de Lacan. Las
cursivas indican la transliteración. El subrayado reemplaza las
cursivas del original. Las expresiones directores de
orquesta, mal director, conductores de orquesta, están
presentes en el original, ¿por qué la cursiva entonces?... “El
emperador Juliano y su arte de escribir” de Kojéve, y “La
persecusión y el arte escribir” de Leo Strauss, proveen buenas
respuestas.
ivEntrevista
a Jean-Michel Vappereau:
http://www.elsigma.com/entrevistas/entrevista-a-jean-michel-vappereau/361
No hay comentarios:
Publicar un comentario