martes, 27 de noviembre de 2012

Política y discurso

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No hay sujeto sin discurso
por Matías E. Domínguez

« Cuando los matemáticos se encuentran hay ese “más una”

incontestablemente. Es decir que es realmente sorprendente que los matemáticos no saben de qué

hablan, podría decirse, pero saben de quién hablan, hablan de las matemáticas como si fuera una

persona. Puede decirse hasta cierto punto que lo que yo más deseaba era el funcionamiento de

grupos que funcionaran tal como funciona un grupo cualquiera de matemáticos. »i

En la actualidad se pueden observar dos formas de interacción social : la masa y el grupo. Ya caracterizadas por Freud en « Psicología de las masas y análisis del yo », señalaré que ambas implican siempre salidas agresivas a las problemáticas que se plantean : someterse a los otros, o someterlos.
Dos de las alternativas que se suelen presentar son : o bien respuestas por el individuo, o bien respuestas por lo social (en cualquiera de sus dos formas). El psicoanálisis nos indica que la última implica una alienación que no deja surgir al sujeto con su deseo. La primera plantea el siguiente problema : cómo desde el individuo se puede dar solución a dificultades de relación de éste con la realidad, que tiene fuertes determinantes sociales, económicas, etc.
Hay en juego aquí un problema topológico. Primero : no se da la relación sujeto=persona, ni
sujeto=individuo. Tomo la noción de sujeto de la obra de Lacan. Para comenzar a plantear la cuestión, hago referencia a algunos planteos lacaneanos a desarrollar en otras oportunidades:


-un sujeto es lo que es representado por un significante ante otro significante;

-el sujeto del inconsciente es el sujeto de la ciencia;

-el sujeto del inconsciente tiene estructura de banda de Moebius.

El último punto deja en claro la diferencia persona/individuo, respecto de la noción de sujeto : las primeras siendo planteadas como esferas con un interior y un exterior (la psicoideología de este tiempo plantea ocuparse del interior cada uno) ; mientras que el sujeto en tanto banda de Moebius, no tiene adentro afuera, si no que puede tomarse en lo intrínseco o lo extrínseco (práctica del narcisismo, el sujeto se toma como objeto).
La ideología del capitalismo científico plantea, pues : un individuo-esfera ; o un conjunto de individuos-esfera (no importa el número), que conforman una esfera más grande. Ambos implican una polaridad interior/exterior de una tensión tal, que tarde o temprano vira en agresión.
El psicoanálisis pone a disposición una resolución a este problema topológico ; la noción de discurso, que entre masa y grupo, y no como término medio, permite el despliegue del sujeto. Un sujeto no "tiene" un discurso, un discurso tiene a un sujeto, lo sujeta. Está en el deseo de cada sujeto reconquistar su posición discursiva, es decir no ser mero efecto de un discurso, sino elegir practicarlo o no. Esto implica reconocer la materialidad del lenguaje para hacer funcionar su efectividad, en el habla y la escritura, a partir de la lectura.
El discurso, la estructura del lazo social, es lo que permite que un sujeto pueda poner en juego su deseo en forma efectiva en la realidad sin entrar en callejones sin salida con la cuestión individuo/sociedad : « Cantor propuso todo su sistema, algunos matemáticos lo injuriaron y al mismo tiempo él tuvo la impresión de ser un loco. Pero recibió bien el golpe y continuó adelante. El
tenía trato con las matemáticas. No es lo mismo en el caso del análisis porque el análisis está por crearse. »ii

El exergo hace referencia al cartel, invención de Lacan para organizar con otros el trabajo en el discurso analítico, sin que haya la ilusión de comunidad que se da en la masa y el grupo, ya que esto vira fácilmente en violencia desmedida. No hay comunidad del deseo, el objeto a (causa de deseo) es imposible de ser compartido, pero si otros se reunen para hablar del Otro en tanto tal sin que nadie lo encarne, eso se sostiene. Hablar con otros del discurso, en este caso el analítico, como si fuese una persona.
i

Jacques Lacan en JORNADAS DE LOS CÁRTELES EN
LA ESCUELA FREUDIANA DE PARIS 12 y 13 de abril de 1975
.
iiIdem.

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