No hay sujeto sin discurso
por Matías E. Domínguez
« Cuando
los matemáticos se encuentran hay ese “más una”
incontestablemente.
Es decir que es realmente sorprendente que los matemáticos no saben
de qué
hablan,
podría decirse, pero saben de quién hablan, hablan de las
matemáticas como si fuera una
persona.
Puede decirse hasta cierto punto que lo que yo más deseaba era el
funcionamiento de
grupos
que funcionaran tal como funciona un grupo cualquiera de
matemáticos. »i
En la actualidad se pueden observar
dos formas de interacción social : la masa y el grupo. Ya
caracterizadas por Freud en « Psicología de las masas y
análisis del yo », señalaré que ambas implican siempre
salidas agresivas a las problemáticas que se plantean :
someterse a los otros, o someterlos.
Dos de las alternativas que se suelen presentar son :
o bien respuestas por el individuo, o bien respuestas por lo social
(en cualquiera de sus dos formas). El psicoanálisis nos indica que
la última implica una alienación que no deja surgir al sujeto con
su deseo. La primera plantea el siguiente problema : cómo desde
el individuo se puede dar solución a dificultades de relación de
éste con la realidad, que tiene fuertes determinantes sociales,
económicas, etc.
Hay en juego aquí un problema topológico. Primero :
no se da la relación sujeto=persona, ni
sujeto=individuo. Tomo la noción de sujeto de la obra
de Lacan. Para comenzar a plantear la cuestión, hago referencia a
algunos planteos lacaneanos a desarrollar en otras oportunidades:
-un sujeto es lo que es representado por un significante
ante otro significante;
-el sujeto del inconsciente es el sujeto de la ciencia;
-el sujeto del inconsciente tiene estructura de banda de
Moebius.
El último punto deja en claro la diferencia
persona/individuo, respecto de la noción de sujeto : las
primeras siendo planteadas como esferas con un interior y un exterior
(la psicoideología de este tiempo plantea ocuparse del interior cada
uno) ; mientras que el sujeto en tanto banda de Moebius, no
tiene adentro afuera, si no que puede tomarse en lo intrínseco o lo
extrínseco (práctica del narcisismo, el sujeto se toma como
objeto).
La ideología del capitalismo científico plantea,
pues : un individuo-esfera ; o un conjunto de
individuos-esfera (no importa el número), que conforman una esfera
más grande. Ambos implican una polaridad interior/exterior de una
tensión tal, que tarde o temprano vira en agresión.
El psicoanálisis pone a disposición una resolución a
este problema topológico ; la noción de discurso, que entre
masa y grupo, y no como término medio, permite el despliegue del
sujeto. Un sujeto no "tiene" un discurso, un discurso tiene
a un sujeto, lo sujeta. Está en el deseo de cada sujeto reconquistar
su posición discursiva, es decir no ser mero efecto de un discurso,
sino elegir practicarlo o no. Esto implica reconocer la materialidad
del lenguaje para hacer funcionar su efectividad, en el habla y la
escritura, a partir de la lectura.
El
discurso, la estructura del lazo social, es lo que permite que un
sujeto pueda poner en juego su deseo en forma efectiva en la realidad
sin entrar en callejones sin salida con la cuestión
individuo/sociedad : « Cantor
propuso todo su sistema, algunos matemáticos lo injuriaron y al
mismo tiempo él tuvo la impresión de ser un loco.
Pero recibió bien el golpe y continuó adelante. El
tenía
trato con las matemáticas. No es lo mismo en el caso del análisis
porque el análisis está por
crearse. »ii
El exergo hace
referencia al cartel, invención de Lacan para organizar con otros el
trabajo en el discurso analítico, sin que haya la ilusión de
comunidad que se da en la masa y el grupo, ya que esto vira
fácilmente en violencia desmedida. No hay comunidad del deseo, el
objeto a (causa de deseo) es imposible de ser compartido, pero si
otros se reunen para
hablar del Otro en
tanto tal sin que nadie lo encarne, eso se sostiene. Hablar con
otros del discurso, en este caso el analítico, como si fuese una
persona.
Jacques
Lacan en JORNADAS DE LOS CÁRTELES EN
LA ESCUELA FREUDIANA DE PARIS 12 y 13
de abril de 1975
.
iiIdem.
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