lunes, 2 de julio de 2012

La razón después de Freud

La razón después de Freud
Por Marcelo Esmoris









" … El analizante es aquel que renuncia a esa forma de locura.
 Entonces, ese acto que consiste en franquear
 por primera vez la puerta del consultorio,
 ese acto va a tener una eficacia si el discurso existe y si es sostenido".Jean-Michel Vappereau
"TOPOLOGIA Y PSICOANALISIS"

Un gran interés que despertó el psicoanálisis en sus inicios y que incluso a partir de allí se comenzó a hablar de un gran éxito, fue cuando los principales médicos de los grandes países de Europa de comienzos del siglo XX se enteraron que había un colega en Viena (un tal Dr Sigmund Freud), que estando con una paciente histérica en su consultorio, en un momento dado ésta le saltó directamente al cuello para hacer el amor. La respuesta de Freud no se hizo esperar, fue contundente: "No!, no valgo la pena, soy un hombre viejo", (un argumento quizás poco convincente en los tiempos que corren, pero que en ese momento fue extremadamente eficaz ). Es eso lo que llamó la atención en todos lados, muchos quieren ir a ver a ese viejo genio que ha sabido decirle que no a una mujer histérica.
Incluso respondiendo a los celos de su propia mujer, que estaba enterada de las exultantes pasiones de estas histéricas, él la calmaba diciéndole que no se preocupe ya que él era Freud.
Inmediatamente inferimos que cuando él recalca que es Freud, ya no se trata entonces del ejercicio de una práctica sin implicación, sin ser tocado en sus fibras más íntimas, y rápidamente da un golpe de timón en el análisis de sus pacientes, aprende con ellas que todos sus síntomas no corresponden a mapas neurofisiológicos, son síntomas extraños, afectan a algunas partes del cuerpo, y no responden a la lógica de una lectura médica.
Es allí que produce un viraje, pasa de la mirada clínica a la escucha analítica, le da un estatuto a esos síntomas y al escucharlos se percata que ese cuerpo no responde mas a la biología sino mas bien responde al campo del lenguaje común, esos síntomas están recortados por la palabra (por ej, una parálisis en un brazo quedó sujeta a lo que vulgarmente entendemos por brazo, y es eso que termina en el hombro, sin embargo anatómicamente el brazo tiene inervaciones que traspasan esos límites, por lo tanto Freud entiende que se trata del brazo en el sentido corriente y no anatómico).
Freud tiene que escribir todo esto, el principio de por ejemplo, que el sueño es un texto escrito, que el cuerpo está recortado por el lenguaje corriente; es ahí en donde se implica en su invención (que no es ni mas ni menos que el psicoanálisis), y para ello debe abandonar la neurología. Es en ese momento que descubre el Edipo en su propio análisis.
Acá hay una cuestión que es fundamental: el psicoanalista es alguien que va a escribir pero tomando la precaución primero de implicarse como analizante (1).
No es una cuestión de convención que haya que hacer un análisis para devenir analista. Y en este caso Freudiano son distintas razones las que hacen que un escrito hecho por un neurólogo, luego ese mismo escrito hecho por un analizante devenido analista, pero principalmente analizante, se pueda sostener en otras categorías completamente diferentes que recortan la realidad. Lo fundamental es Freud analizante, efecto de ciertas coerciones de escrituras. Es esta cuestión difícil de aprehender y no es una cuestión menor, todo el mundo se pregunta que es ser analizante? Porque no es suficiente ir al analista y pagar las sesiones para ser analizante, ese es la gran patinada analítica del siglo, yo voy al psicoanalista como voy al peluquero, al médico, al kinesiólogo, al gimnasio. "Yo le pago muéstreme su saber, ¿qué tengo que hacer?", etc. El psicoanalista no tiene nada que mostrar, ni su saber nunca es suficiente, (Lacan lo dice de una manera muy precisa: "El analista no da nada ni siquiera nada"), por otro lado él trata de seguir haciendo su análisis, y será el sujeto que consulta que en el mejor de los casos pueda adoptar una posición analizante, quiero decir homologando a Freud, poder utilizar sus categorías reescribiéndolas, o haciendo el esfuerzo de inventar otras nuevas y así poder devenir analista de su propia experiencia.


(1) Refiere al sujeto que está en análisis. El término analizante, empleado a partir de Lacan en lugar del término analizado, o del término paciente, indica con bastante nitidez que el sujeto no se dirige al analista para "hacerse analizar". Es él quien tiene a su cargo la tarea de hablar, de asociar, de seguir la regla fundamental. Lo que no suprime en nada la responsabilidad particular del analista en la conducción de la cura.

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