martes, 2 de octubre de 2012

Acerca del sexo y la subjetividad científica


Política y angustia
por Matías E. Domínguez

La reducción del deseo a la demanda, y el borramiento de la angustia (es decir la percepción del primero); son invarientes de nuestra época. Su correlato es la proliferación de los ataques/crisis de angustia (con sus numerosas tipificaciones), la evitación del deseo (la fobia), y los intentos problemáticos de recuperación del deseo (adicciones, anorexias, bulimias).
El rechazo de la lectura dominante asfixia al habla/letra (parlettre), obteniéndose como efecto lo antes mencionado.
Técnicas de relajación para noestar tenso, el empuje a lasalud, proliferación de psicofármacos...
En los adultos jóvenes la tendencia aestar bien, la nueva cultura de viajes (todos viajan a cualquier destino, siempre y cuando se esté en posición de turista y no haya la oportunidad de implicarse), va en aumento. Cuando llega la temporada del descanso laboral, donde no hay una instancia que les impone de qué ocuparse, y tienen tiempo para encargarse de sus asuntos, huyen despavoridos a cualquier destinopara distraerse.
La exigencia hacia la productividad personal (en el sentido de que cada individuo debe contribuir con un producto al capital), los mecanismos de desresponsabilización, y de evitación de la angustia; dan cuenta de una enorme crisis política.
Sólo para introducir la cuestión, pienso que habría que recordar que la política nace como una práctica griega, la forma de responsabilizarse de los asuntos de las polis.
Si bien hoy en día se habla de las polis como ciudades-estado, no lo eran. Eran una comunidad discursiva que compartían una ética y una estética que permitían practicar una política que orientaba su quehacer. La política no era una cuestión de estados.
Tal vez no estemos tan cercanos, en términos políticos, a los griegos que tanto idolatramos, sino más bien seamos romanos.
En esta época de mimetismo animal, los Juegos Olímpicos nada tienen que ver con la práctica política griega que se buscar recrear. Primer punto, no era un espectáculo deportivo, sino un acto político. La condición para que tengan lugar las Olimpíadas era que no podía haber ningun tipo de conflicto entre las polis. La polis que no acatara esto era penada económica y comercialmente.
Por contraste, vemos lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Londres, donde mientras se montaba el show de la fraternidad entre los humanos se masacraba al pueblo sirio. ¿Cuál es el parámetro que indica que ese asunto en tierras tan lejanas no nos concierne?
La decadencia del Imperio... los gobernantes de Roma tenían toda una serie de espectáculos para distraer al pueblo de sus asuntos y que no haya más práctica política.
Por suerte... aún nos queda la angustia...

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