martes, 2 de octubre de 2012

El Espejo
Por Fernando Andrioli y comentario de M. Esmoris



Como se que Soy? Qué determina mi existencia?
Lo que pareciera una pregunta tonta, con una respuesta cantada; no es tan obvio como parece; ya que es una de las claves de la estructura social humana.
Es que el Ser está determinado por el reconocimiento de los demás. Soy mientras los demás me dicen que existo, es decir: soy el reflejo de aquello que los otros dicen de mi.
... Si los demás "dicen" me reconocen; yo también me reconozco en ellos. Existo si el "espejo" muestra mi imagen.
Pero entonces ¿soy lo que soy, o lo que dicen que soy? Todos dicen lo mismo de mi?
Seguramente no, pero yo me reconozco en todos aquellos que me nombran. No todos son para mi "espejo", pero si "reflejo".
La primer mirada que me encuentra / encuentro, es la misma que me brinda alimento. Si me alimenta, me reconoce y yo la reconozco. Esa es mi primer imago al tiempo que yo también soy su imago que la completo como madre. Somos dos o somos uno? Mi succión y su pezón. Mi boca y su leche. Su mirada y mi mirada. En un principio fuimos uno, y por un tiempo seguimos siendo uno. ¿Hasta cuándo?
"El" también la mira y me mira. "El" forma parte de una estructura, y si Ella lo nombra, yo también, transitivamente lo veo; se que existe. Su mirada, justamente, me marca individualmente. Ya no somos Uno, somos dos; cortados por la daga filosa que nos divide.
La angustia de esa separación me daña y trato de no recordarla. Imposible misión, la llevaré hecha palabra.
Esa falta primaria marcará el camino de una búsqueda eterna.
Algo me falta, lo buscaré en cada una de las miradas de los otros, por el difícil camino de descubrir definitivamente quien Soy.
A través del "nombre del padre" me convertí en un ser unipolar, positivo o negativo; ¡que importa! Anuló el equilibrio y me lanzó al mundo en busca de mi opuesto, de la completud; que creeré ver y esfumarse una y mil veces, sabiéndome equivocado.
Que persigo?
No lo sé, pues la angustia anuló mi recuerdo; pero movilizó mi búsqueda.
F. Andrioli.

Comentario de Marcelo Esmoris
Es desde la literatura al psicoanálisis el movimiento al cual nos invita Fernando a realizar con su bello texto sobre El Espejo. Y es sin duda de una gran intuición respecto a lo que llamaríamos la dialéctica entre el yo y el Otro en psicoanálisis. Y es esto lo que está en el corazón de lo que Freud llama narcisismo y que Lacan logra precisar con un modelo artificial llamado Estadio del espejo.
En el escrito, allí también podemos reflexionar acerca de la cuestión del ser y del sujeto, pero…,que nos enseña el psicoanálisis?, qué es esa estructura que llamamos yo? es algo que se construye? Es que el yo es Otro? Es el yo una instancia loca? Son algunas de las preguntas que nos obligamos a hacer al leer allí algo así como una identidad que no es tal, o en todo caso es por encontrarla extrínsecamente a ese "ser" que se interroga en el texto respecto de quién es él.
Entonces, es como dice Descartes?: "Pienso luego existo" o mas bien lo que dice Lacan en su escrito La instancia de la letra en el inconciente: "…No estoy allí donde creo ser el juguete de mis pensamientos. Pienso en lo que soy allí donde no pienso pensar", Lacan nos dice que el mero hecho de pensar no garantiza la existencia, porque cuando yo pienso, pienso como yo y este yo no me significa y no dice nada de mi existencia, y por otro lado yo puedo pensar en lo que pienso que soy, pero la condición para pensar que soy algo es que donde soy no puedo pensarme a mi mismo, y esto es lo que Descartes no alcanzó a contemplar… La cuestión queda abierta.
M. Esmoris

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